miércoles, 23 de octubre de 2013

En el ámbito de lo posible


No elegimos cuándo y dónde nacer. Tampoco cuándo morir.

El principio y el fin unidos por la imposibilidad de escoger y por la incapacidad de repudio.
Nuestra existencia está delimitada por dos hechos gratuitos.

Sin embargo, la vida se desenvuelve en el ámbito de lo posible, y desde que nacemos, eligen por nosotros o elegimos nosotros mismos. La moral, la civilización, las costumbres... se ocupan de aligerar la angustia de la decisión, y dentro de lo posible, como el que sigue una senda sin desviarse, nos marcan el camino a seguir; si bien se permiten ciertas bifurcaciones y evasiones.
Leemos e interpretamos un mapa para no perdernos en nuestra soledad por un camino que indefectiblemente nos conduce a la muerte.

Si no podemos rechazar el instante en que surge o desaparece la vida, pues no forman parte del mundo de lo posible, al menos, sí que podemos rechazar todo aquello que reduce la senda de lo posible al resto de la humanidad. Pues el mapa que manejamos hoy en día nos conduce a la auto-destrucción, y se aprovecha de nuestra soledad para guiarnos como individuos que rehusan elegir.

No puedo dejar de elegir, y en mi responsabilidad de elegir me comprometo con la humanidad para proclamar que hace falta un nuevo mapa: el de la solidaridad, la justicia, la paz, la educación, la cultura y el respeto por la vida.


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario