jueves, 21 de junio de 2012

Condenados a elegir


Una valla publicitaria promoviendo la paz en Kotido District en Uganda
© Khristopher Carlson/IRIN


Violencia física, violencia psicológica, violencia de género, maltrato infantil, violencia tribal, violencia sectaria, violencia financiera, violencia terrorista, violencia policial, violencia armada, tortura, violencia entre bandas, violencia en el deporte, abuso sexual, tráfico de personas, violencia contra el medio ambiente, contra la biodiversidad, esclavitud, pobreza, hambre...

¿Cuantas formas de violencia nos rodean en este mundo global en el que co-existimos 7.000 millones de seres humanos?
¿Es posible un mundo en paz?

Sin duda, la respuesta a esta última pregunta es no.

Entonces ¿qué esperanza nos queda? ¿Qué dejaremos a las futuras generaciones? ¿Un mundo abocado a la auto-destrucción?

Resignarnos a ese destino plantea una existencia condenada a la esclavitud en lugar de a la libertad. Pues si como decía J.P. Sartre, "el ser humano está condenado a la libertad", sólo la esperanza, y un cambio en la actitud individual puede corregir ese fatal destino. En la medida que estamos condenados a elegir, que sea la no violencia nuestra elección.

Pensemos que la paz no es un fin en sí mismo, sino una actitud frente a la vida. Una actitud de intolerancia a la violencia y al abuso, y de compasión por el que sufre.

La paz como objetivo y actitud vital. La esperanza como motor. A través de la interculturalidad hacia la no violencia.


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