domingo, 17 de julio de 2011

700.000 millones de euros

(EN)

La moneda única se ha visto sometida a los ataques especulativos de los mercados financieros. La UE ha respondido en apoyo de los países con problemas de deuda dando una respuesta solidaria para fortalecer el euro. Ahora se trata de crear una herramienta permanente para prever y resolver posibles futuras crisis. Es el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera.

Los ministros de Finanzas de la zona euro han acordado que se cree un fondo dotado con 700.000 millones de euros, con capacidad efectiva de préstamos por valor de 500.000 millones. Esa cantidad asegura la mejor calificación crediticia para obtener fondos en los mercados a bajo interés, pero los Estados sólo tendrán que desembolsar una parte en efectivo, 80.000 millones de euros; el resto será capital de reserva y garantías estatales.

Mientras continúe incrementando el número de personas con hambre, se necesitaran más recursos para satisfacer las necesidades alimentarias. El PMA estima que alrededor 477 millones USD se necesitan para atender a estas necesidades de hambre en la región, hasta el final del año. Actualmente, el PMA cuenta con un déficit del 40 por ciento de la financiación, con cerca de 190 millones dólares necesarios.

700.000 millones de euros=990.000 millones de USD
337 millones de euros=477 millones de USD

La estabilidad financiera de Europa supone 2.000 veces la necesidad alimentaria del Cuerno de África en los próximos seis meses. O dicho de otra forma, los fondos necesarios para proteger a los Estados de la UE de los ataques especulativos de los mercados, y que de esta manera puedan financiarse a bajo interés, cubrirían las necesidades alimentarias en el Cuerno de África durante 1.000 años. Evidentemente, este cálculo sencillo no tiene en cuenta el aumento de la población desplazada, la duración de la sequía, los conflictos armados, ni el aumento de los precios de los alimentos en los próximos años.

La crisis económica mundial nos empobrece a todos, incluido a los más pobres. Y las consecuencias las estamos viviendo actualmente: en Somalia, Yibuti, Etiopía y Kenia 10 millones de personas, de los cuales 2 millones son niños y niñas menores de 5 años, mueren de hambre. No es la sequía lo que los mata, ni las largas marchas durante semanas por el desierto sin apenas agua y alimentos hasta llegar a los abarrotados campos de refugiados. No es la falta de recursos de las organizaciones humanitarias, ni la imposibilidad de actuar en zonas en conflicto.

Les mata la indiferencia, el olvido, las buenas intenciones y las mínimas acciones. Porque en el rostro repetido una y otra vez del niño o niña moribundo, apenas piel y huesos, vemos sólo la cara de un niño o niña más de los miles que mueren en África cada día. Y no es una niña más, es Habibo. Tiene un año, sufre malnutrición severa y está al borde de la muerte. Su madre se llama Marwo Maalin y reza a Dios, para que sane a su hijita.

La denuncia de la injusticia es el origen del compromiso. La fotografía es el testimonio del sufrimiento. Ambas nos producen emociones como la rabia, el desasosiego, la compasión, la impotencia, la vergüenza, la desesperanza...convirtamos estos sentimientos en el motor de la acción solidaria.

Diez millones de seres humanos sin agua ni alimentos, que caminan semanas por el desierto, que ven morir a sus hijos en el camino y que se hacinan en campamentos de refugiados merecen algo más que compasión. Todos podemos hacer algo para que el rostro de África sea el de esta niña en un campamento de refugiados en Kenia.


Una niña en un campo de desplazados en el Valle del Rift de Kenia © Jerry Riley / IRIN


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