miércoles, 11 de mayo de 2011

Resulta lamentable, pero no nos sorprende.

(EN)

Según datos de 2010 del FMI, el PIB (PPA) en millones de dólares internacionales de la UE era de 15.150.667, frente al de Liberia que era de 1.709. Siendo este un indicador del nivel de vida, podemos concluir que en la UE se vive 8.865 veces mejor que en Liberia. Resulta lamentable, pero no nos sorprende.

Según ACNUR, a 3 de Mayo de 2011, en Liberia todavía hay 160.000 refugiados procedentes de Cote d'Ivoire que huyeron de la violencia reciente que se vivió en el país tras las presidenciales de noviembre de 2010. Y aún siguen llegando a un ritmo de 250 refugiados diarios.


En Duekoue, al Oeste de Cote d'Ivoire, se hacinan 27.000 personas en una iglesia católica. En otras 15 localizaciones también al oeste del país, miles de refugiados viven con familias de acogida que empiezan a quedarse sin recursos, y se mantienen con una sóla comida al día.


Según palabras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, “Liberia se encuentra en una situación muy difícil y ha abierto sus fronteras a los refugiados. En una reciente visita, vi a los liberianos dando semillas de arroz a los refugiados. Liberia está en una compleja situación de transición de la guerra a la paz y la democracia y una vez más vemos generosidad”.

Según ACNUR, desde el inicio del conflicto en Libia, han huido de la violencia más de 740.000 personas, principalmente hacia Túnez (356.000) y Egipto (270.000).

A las costas de Italia y Malta han llegado 12.360 refugiados procedentes de Libia, menos de la mitad de los que se hacinan en una iglesia católica de Duekoue.

La respuesta de la UE es una propuesta de modificar el tratado de Schengen, reforzando las fronteras exteriores y limitando la libre circulación entre los Estados Europeos en situaciones excepcionales.

La travesía de los que huyen de la violencia nunca está exenta de peligros. Miles mueren en el intento, sobre todo mujeres y niños, los más vulnerables en cualquier conflicto. Cuando se acusa a la OTAN y a la UE de denegación de auxilio y de las pésimas condiciones en las que da refugio a los emigrantes del norte de África, sólo me queda pensar en que desde la UE, el mensaje que se quiere dar a los países africanos es muy claro:
"Sólo nos interesan vuestros recursos naturales, que son fuente de nuestra riqueza. No os queremos en nuestro suelo y haremos todo lo posible para disuadiros, aunque bombardeen vuestros hogares".

Liberia acoge 4,5 veces más refugiados de Cote de I'voire que la UE refugiados del norte de África, pero es 8.865 veces más pobre. Un ejemplo de generosidad y solidaridad.

En palabras de Guterres:

“Un aspecto del desplazamiento que a menudo es pasado por alto es la contribución de los naciones que comparten fronteras con los países en conflicto”.
“A menudo estos países ya se encuentran en condiciones de pobreza, precariedad y en riesgo de mayor inestabilidad. Necesitan la asistencia internacional para que los ayude a apoyar a las poblaciones de refugiados y desplazados”.
“El mundo tiene que mostrar a Túnez, Egipto y Liberia la misma solidaridad que estos países han mostrado hacia los refugiados”.
“Responde al más lúcido interés del mundo occidental que las revoluciones tengan éxito y se afirmen sociedades democráticas”.

Nunca he sido partidario de las cifras, porque reducen las vidas humanas a un sencillo número. Y ninguna vida, y ninguna muerte, merecen ser recordada como un número más de un conflicto.
Si tuviese que resumir el sentimiento que me produce la actuación de Europa en los conflictos de Libia, Túnez, Egipto y Cote d'Ivoire, sólo puedo pensar en dos palabras: Vergüenza e Indignación.

Aquí hay otro motivo de indignación, y como diría Stéphane Hessel: Indignez-vous!



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